Fotografía: Guillermo Asián
Caminé lentamente
por la calle del olvido
y encontré tus palabras
que no conocía
tenían tiempo de
escritas en los libros
pero esa voz las trajo
las sacó del silencio
y me dejaron muda
porque quién se atreve
a tocar la piel de las uvas
y a sentir el aroma del viento
y a posar levemente las manos
sobre el pecho desnudo
y a secar las heridas
y a rescatar el tiempo del olvido
quién se atreve a caminar descalzo
sobre el fuego
y a cruzar el océano
y a sentir la sal
y a romper la blancura
de la espuma
quién se atreve a la vida
sino tú.
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