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miércoles, 4 de abril de 2012

Escenas de la vida en un centro educativo.

Tiene 16 años Michel, habla poco pero cuando  dialogan con él se muestra afable, educado. Es difícil que muestre interés por algo, siempre atento a un más allá, al estar fuera de clase, aún en una actividad al aire libre está en “otra”. 
El grupo está interesado en la jornada de integración en la plaza con otros jóvenes. Se mueven de un lado a otro en medio de un grupo muy numeroso. 
Nos miramos entre el grupo docente: “Michel no está, se fue”
 ¿ A dónde? Regresó al club. Al llegar lo encontramos con otro compañero de clase, se llevaban algo en la mochila.
 –No te vayas, vamos a conversar.
 –No, me tengo que ir.
 –No terminamos todavía, Michel ¿qué estás haciendo? 
Sale a contramano en bicicleta por la calle. 
Paramos un taxi, tratando de pensar como Michel, pedimos que tome una dirección opuesta que nos conduce a la casa. Sería el primer lugar para esconder algo robado. Nos encontramos una cuadra antes de su casa:
 - Michel así no vas a llegar a ninguna parte. Llamá a tu mamá, tenemos que hablar con ella. 
Michel se violenta, todos nos violentamos, robaba los cables de las instalaciones del local de clase.
 La madre llorando, suplicando, preguntando:
 - ¿Por qué Michel?  Te tratan bien, quieren que estudies; la policía me tiene jurado que cuando cumplas los 18 años te llevan preso. 

Toda la familia en apariencia correcta, humilde es una pequeña empresa de robo y reventa.

 Michel cumplió 18 años: lo encontré en una visita a la cárcel. 
 Me reconoció, y dolió mucho el abrazo entre las rejas.
“No podemos separar el acontecimiento del sujeto, ni el sujeto del acontecimiento”, todo se da en un marco donde ese acontecimiento está íntimamente vinculado al sujeto adolescente, donde se encaraman, se superponen multiplicidades que están muy relacionadas a la viscisitudes del lazo social.
 Nuestro Michel es un individuo, de carne y hueso, tangible, real, mezclado enmarañado en un contexto del cual no nos sentimos ajenos ni meros espectadores.

 Michel y sus vínculos, amigos, familia son nuestra preocupación pero no sé si son nuestra “ocupación” fundamental. Me refiero a todo el equipo docente, donde no se encuentra justamente “el inicio de otro mundo en que las relaciones no poseen una esencia, un fundamento a priori en la totalidad estructurada y las cosas se vuelven independientes de las relaciones que las envolvían en ciertas circunstancias, para entrar en otras relaciones diferentes. Las relaciones se alteran, pierden su relación unívoca con las cosas; las cosas encuentran mil modos de relacionarse.


Los mil modos de relacionarse se redujeron a muy pocos, limitados por la precariedad mental de un equipo “¿docente?” que no pudo ni quiso tender puentes, abrir posibilidades, se generó el “menos” que nos hizo trastabillar a todos fracasando en el intento de pensar lo uno en tanto uno. 
Por eso toma fuerza sin igual el pensamiento spinoziano: “no se sabe nunca lo que un cuerpo puede” y Michel persona apacible, tranquila, educada pudo tomar un arma y apuntar y robar, robar con un arma de juguete, que igual tipifica rapiña con cinco años de prisión para un joven de apenas 18 años recién cumplidos, en su propio barrio, a cara descubierta, con toda la inocencia, seguramente con toda la desesperación, por eso, porque no se sabe nunca lo que un cuerpo puede… frente a la adversidad, el dolor, la injusticia, la dosis de "merca" que era más fuerte que cualquier pensamiento con cierta ”criticidad” de su parte. 

Un “menos”, porque las cosas del mundo no están garantizadas; las cosas y las relaciones no encuentran correspondencias naturales ni se agotan en sí mismas, por eso porque un cuerpo nunca sabe…No había para Michel y tantos Micheles ninguna norma de poder por fuera de ciertas relaciones con las que se ligaba y en las que se afirmaba, no funcionaron utopías ni apelaciones a un futuro bien intencionado que quisimos, intentamos en forma equívoca, a mi juicio, plantearle como posible camino, sino que ya existían en su presente ¿vocaciones? condicionamientos, pienso, para pasar al acto que lo llevara a la prisión.
Contra toda teoría no pudimos, no supimos asumir las multiplicidades, no concretamos ese concatenamiento continuo” donde conectar situaciones y mundos ni armar conexiones inesperadas, no pudimos inventar nuevos modos de mantener “juntos” términos y redes diferentes. 
Entonces se dio lo que afirma Lazzarato, en que las cosas suceden entorno a "una multiplicidad posible y contingente de junciones y disyunciones, de unificaciones y separaciones", porque este "ser minorías" es, como queda dicho, un "recibir la norma". Es decir que las minorías participan plenamente en el mundo mayoritario. 
Fue así que la madre de Michel asumió su rol de acuerdo a la norma patriarcal, había y hay un padre “ausente-presente” que presionaba y condicionaba el actuar de esa mujer, ella forma parte del “sistema permitido que avala la conducta y aprueba el accionar y obliga a Michel a robar, pero además sufre, llora por el futuro de su hijo, mas no intenta nada por buscar un “más” que no condene a su Michel a la cárcel, es una calesita de imposibilidades, no para de girar manteniendo a todo el núcleo familiar atrapado en una fuerza centrípeta que los lleva a hundirse cada vez más. Pero  ¿quién se anima a estar en la piel del otro, de ellos?, de nuevo ¿quién sabe lo que un cuerpo, lo que esos cuerpos pueden, son capaces o nada pueden en su realidad cotidiana? 
Todos víctimas y victimarios de un sistema patriarcal, que continúa vigente.

 Deleuze y Guattari  proponen un nuevo concepto, que sólo es comprensible si se lo mantiene alejado del de "minoría". Este es el  concepto  de "devenir minoritario”, que no apela al "joven en sí", sino a la invención de nuevos modos de ser joven. 
 Discrepo no con el concepto en sí mismo sino en que para que el acontecimiento ocurra, tal como lo plantea Deleuze debe existir una forma de diálogo y el diálogo no ocurre porque los jóvenes muchas veces no quieren “decir”; porque no comparten  la visión que tenemos los adultos o que tienen algunos, porque ellos lo resumen muy bien, para los jóvenes es igual, “es lo mismo” dicen con decepción. Ese “es lo mismo” significa que hay una barrera que no pueden cruzar, que no pueden intercambiar “con los viejos” docentes un poco mayor que ellos, pero viejos según su forma de ver, no por edad cronológica. Continuando don el planteo deleuziano: “¿Cómo surge una verdadera interrogación (una que, en su abrirse fuerza la situación a introducir nuevos elementos, nuevas racionalidades)?” Y si el acontecimiento comienza a partir de un “cambio de sensibilidad”, en “las maneras de sentir”, sin embargo me consta que  algunos docentes aunque “no soporten más lo que antes se soportaba” no cambian en la repartición de sus deseos.

 Sus deseos siguen siendo la exclusión y quedarse con los “anti-Michel”, esto es estigmatizante. Michel siempre fue el joven con doble calificación: “chorro primero, rastrillo primero y después muy después alumno, joven que busca integrarse y salir adelante como él dice.
 MICHEL COMO UN ANTIHÉROE, COMO UN SER REPROBABLE, QUE CUANTO MÁS LEJOS MEJOR, mejor para él, para sus compañeros, para la escuela.
 Me quedo sin apelativos, podría decir ¡qué desastre!
 Qué desastre que esos pseudo-docentes continúen reproduciendo estas arbitrariedades, estas monstruosidades. Michel en la cárcel y todos tranquilos.
Estamos de acuerdo de que: “ante todo se trata de un sentimiento, de una sensibilidad frente a lo intolerable, un malestar respecto de una situación", un estado de cosas frente al cual es preciso "hacer de otros modos" (otros vínculos, otros afectos, otras representaciones).
 Es este rechazo el que hace del acontecimiento el planteamiento de un auténtico problema, llevándonos a abrir nuevas posibilidades de vida. 

Un rechazo que en cierto modo es "total", en la medida en que funciona como una decepción respecto de los recursos con que contamos actualmente para enfrentar tal o cual situación de la vida, y que nos lleva a "agotar" nuestros saberes. 
¿Qué hay un paso más adelante?: precisamente, el momento en que la angustia da lugar a la invención: "Esta nueva distribución de los posibles y de los deseos abre a su vez un proceso de experimentación y creación", y nos lleva a crear los modos concretos, materiales, funcionales de un nuevo hacer. Agrega: que el acontecimiento…nos coloca ante la exigencia de la invención de nuevos dispositivos institucionales "capaces de desplegar nuevas posibilidades de vida (…) maneras diferentes de vivir el tiempo, el cuerpo, el trabajo, la comunicación, nuevas maneras de estar juntos y de estar contra, etc.". 
Se trata, de “efectuar los posibles” y afectar diría yo, los posibles del acontecimiento y asumir los devenires en conjuntos distributivos, pero.., pero coincidimos en que el acontecimiento no es una creación voluntaria de un sujeto que enfrenta el mundo-objeto, sino el efecto de una mutación de sensibilidades colectivas que da lugar a un trabajo inventivo imposible de encerrar como tal en una jornada laboral. 
"De modo que el acontecimiento es una problemática". Del malestar a su expresión, de su expresión a su comunicación, de su comunicación a la efectuación de sus consecuencias, a través de nuevas disposiciones colectivas, hay un terreno de "lucha", de conflicto, en el cual se juegan, se deciden posibilidades vitales. 

"Un acontecimiento no es la solución a un problema, sino la apertura de posibles".
Coincido con Berardi donde la improvisación tiene un lugar fundamental, donde un cruce inesperado puede dar lugar a posibilidades, a construir encuentros, a encontrar un abrazo entre rejas, que sí estuvieron presentes antes, pero nunca con la fuerza y el significado que una reja por medio nada puede cuando los encuentros se ansían, se buscan, se entremezclan pidiendo perdones y hablando palabras que no fueron dichas de un lado y que no quisieron o no pudieron ser escuchadas por el otro, cuando el afecto sigue intacto o se siente que se acrecentó a pesar de lo sucedido y sabiendo que nadie juzga, que duele pensar la vida diferente que tendría si continuara disfrutando de su libertad al igual que sus compañeros de clase. Que es nuestra responsabilidad para asumir un mundo distinto, aunque partamos de nuestras respectivas soledades continuar el vínculo con Michel y otros para que tengan la certeza, la esperanza y la rebeldía necesaria para encontrar ese otro posible, que existen otros modos de ser jóvenes y que aún queda tiempo por más doloroso que sea éste presente y que estamos dispuestos a seguir buscando hasta encontrar “lo que un cuerpo puede” pero desde una perspectiva de posibilidades y aperturas sin exclusiones-reclusiones.
Vale recordar a Perronoud,  1994, “la tentación de la exclusión es muy fuerte: echando a los “bárbaros”, quizá podamos ejercer correctamente el oficio de enseñante; si nos liberásemos de los que no conocen “el oficio de alumno”, de los que salen de clase, sin permiso, para beber y vuelven al cabo de media hora después de despachurrar dos carteras y romper tres cristales…..entonces podríamos enseñar tranquilamente, ¡y quizá, incluso, practicar didáctica o aplicar pedagogía diferenciada! Los propios enseñantes saben muy bien que aquí, como en todas partes, la exclusión es siempre un signo de fracaso,  y que sella un abandono: los alumnos más desfavorecidos, los que no han tenido la suerte de aprender, gracias al entorno familiar, las claves del éxito escolar, son los que pagan el pato; su exclusión de la escuela se suma a sus desventajas sociales y los devuelve a la calle, donde su futuro puede ser negro.

 Por estas razones ningún  educador digno de ese nombre puede "aceptar la exclusión como solución a sus dificultades.” 
(Fuente: “A Mitad de Recorrido: por una Verdadera “Revolución Copernicana” en Pedagogía.)                                                                                                                                                   

2 comentarios:

  1. Gracias Fer, muy necesario tu artículo. Besos

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    1. Muchas gracias Adriana, me consta tu compromiso docente, así que son bienvenidos todos los aportes que desees relizar...Solamente con todos los implicados en el acto educativo podremos modificar pensamientos, obrar mejor, tender puentes para que podamos cruzarnos, vincularnos, generando lazos de afecto que habiliten criterios o "cedazos" para discernir juntos un mundo de posibilidades. Un abrazo.

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