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viernes, 23 de diciembre de 2011

Mujer


Una mujer inoportuna
es altamente inconveniente,
se corre el riesgo de que
no resista el corazón.

Llega sin permiso
cuando nadie la espera
y piensa, habla, opina
cuando la quieren
callada y sumisa.

Una mujer inoportuna
se enoja, se altera, dice basta
y se va dando un portazo.

Una mujer inoportuna
se sienta en tu portal
y espera que por fin
entiendas perdiste la jugada.

Una mujer inoportuna
deja llamar a su puerta,
te da la bienvenida
y te planta de raíces
cuando quiere.

Con la misma dulzura 
de aquel día,
se fue despacio
por la avenida
sabiendo
que era inoportuna.

Supo reír de la mala jugada
-te dejó con las ganas de saber-
fue tan inoportuna
y tan inconveniente
que intentaste
guardarla
en la bolsa del olvido.

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